La Unión Europea es un organismo internacional complejo basado en una serie de leyes que canalizan las relaciones entre los estados miembros y facilitan la consecución de objetivos comunes. Formada por veintisiete países, la UE representa una mezcla de culturas sin precedentes dentro de un marco legal que se ve representada por, entre otros factores, la gran diversidad de lenguas que en ella se hablan.

Como parte del patrimonio cultural de una nación, el idioma se percibe como una seña de identidad que favorece el sentimiento de unión entre sus hablantes. El desarrollo de una política lingüística que desafíe los retos sociales y económicos de la actualidad y el predominio cada vez más imponente de la lengua inglesa se basa en el respeto a la diversidad lingüística de los estados miembros siguiendo los valores sobre los que descansan los tratados.

En un tiempo en el que estamos asistiendo a una sociedad cada vez más polarizada, la UE juega un papel fundamental como nexo entre los pueblos de Europa, y la protección de la diversidad lingüística constituye la base para la creación de una identidad común a todos los europeos.