Con este taller de investigación, se pretende que el alumnado conozca las distintas técnicas con las que trabajan los químicos forenses a escala cualitativa, ya que el centro no dispone de aparatos de medida que nos permita cuantificar.

Es una disciplina que permite promover varias áreas del conocimiento en el alumnado, como son la química, biología, odontología, patología, psicología y antropología.

La misión del alumnado va a ser identificar al sospechoso, con lo cual deberán analizar pruebas de tejidos, posibles armas usadas y la escena del crimen.

Algunas de las pruebas son: determinación del almidón en algunos alimentos, detección de sangre mediante agua oxigenada y con lugol en la escena del crimen.

Las huellas dactilares se pueden apreciar mediante loforoscopia y van a realizar un análisis de la tinta de  bolígrafo mediante cromatografía en papel y la extracción del ADN de la mucosa del sospechoso, depositada en una botella de agua.

Con todo ello, el alumnado además de aprender distintas técnicas, tendrá que trabajar haciendo uso del método científico, para ir confirmando o desechando los distintos sospechosos y así llegar a una conclusión final.