- ¿Es potable el agua del grifo?
- Mérida
El crecimiento de la población y el cambio climático hacen que el agua sea uno de los problemas más acuciantes del mundo en el siglo XXI.
La UE se ha comprometido a aumentar su compromiso diplomático para que el agua se convierta en una herramienta de paz y no en una fuente de tensiones.
La mayor parte de las fuentes de agua dulce, como los ríos, los lagos o acuíferos, no tienen en cuenta las fronteras. El agua provoca con frecuencia tensiones y conflictos internacionales por su utilización y el acceso a ella. La cooperación internacional y la gestión del agua son de vital importancia. No olvidemos que el agua conecta a las personas.
La escasez de agua puede alimentar conflictos y tener graves costes humanos y económicos que pueden repercutir en la UE, por ejemplo con las migraciones.
El agua también puede utilizarse en un conflicto como un arma o un objetivo. En los últimos años, el mundo ha presenciado en Irak, Siria, Yemen o la región del lago Chad, entre otros, restricciones deliberadas de recursos hídricos, inundaciones inducidas y envenenamientos de agua con fines estratégicos. La UE condena firmemente, en consonancia con el Derecho humanitario internacional, la utilización del agua como arma de guerra.
El agua es una cuestión de supervivencia y la escasez de suministro podría tener consecuencias dramáticas para nuestra seguridad.
Pero hay muchas más razones por las que es de interés mundial garantizar que los recursos hídricos estén bien gestionados, se repartan de forma equitativa y se pongan a disposición de quienes los necesiten.
Por eso son tan importantes las conclusiones sobre la diplomacia del agua, adoptadas por los ministros de Asuntos Exteriores de la UE.
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