La investigación y la ciencia no se hacen solas, para hacer ciencia de calidad no solo se necesitan buenos científicos y buenos equipos, hay que buscar financiación, sin dinero no se hace ciencia ya sea pública o privada por eso es importante conocer los mecanismos, que operan previos a la investigación propiamente dicha.

Así mismo finalizada la actuación científica es necesario saber qué podemos hacer con los resultados de la misma para que estos no se queden en un cajón y sirvan a la sociedad.

A lo largo de la Historia la Ciencia y la Investigación ha sido motor de desarrollo y de una mejor calidad de vida de la Humanidad, cuando la financiación de la misma se hace con fondos públicos esta fuente de desarrollo y bienestar para las personas se hace más patente aún si cabe.

En los últimos años se ha incrementado la sensibilidad de la sociedad con el medio ambiente y con el cumplimiento de los retos de mejora social, ambiental y económica de nuestro mundo, los Poderes Públicos y la Comunidad Científica no son ajenos a esta realidad, es más en los planes plurianuales de financiación de la investigación impulsados por los poderes públicos en las últimas 2 décadas se puede comprobar fehacientemente como esta preocupación ha pasado a primer plano.

Esta es una prueba más de que las políticas de financiación de la Ciencia y la Investigación son un potente motor de desarrollo sostenible, que es una de las premisas para un mundo más justo que acometa decididamente medidas en aras de la mejora de la calidad de vida de las personas abordando los desafíos a los que se enfrenta la humanidad en las próximas décadas, como el cambio climático, la pobreza, la desigualdad.

No solo por el lado de la financiación y de los prolegómenos de la Ciencia se ayuda a conseguir esto, también por el lado de los resultados y las consecuencias, ya que el direccionamiento de la actividad científica a través del condicionamiento de su financiación lleva a que sus resultados vayan por el mismo camino y que la Investigación y la Ciencia tengan un peso específico en la consecución de los objetivos antes reseñados.

Esta actividad consiste en una serie de charlas informativas para alumnos de bachillerato preferentemente, ya que estos alumnos tienen una mejor comprensión de cómo funciona nuestro mundo y de sus complejidades.

La finalidad última es que los destinatarios de la actividad comprendan que aparte de la actividad científica en sí, hay otras tareas accesorias desarrolladas por personal muy cualificado que son necesarias para la consecución de los objetivos perseguidos.

Estas tareas y personas operan sobre todo antes y después de lo que podríamos llamar “proyecto científico” pero también durante en cuando a seguimiento de la planificación, ejecución del gasto previsto y todo lo que supone la gestión de la actuación desde todos los puntos de vista posibles.