A través del uso de la ciencia y la tecnología se está contribuyendo, mediante la promoción de la democracia, la defensa de los derechos humanos y la lucha contra las desigualdades, al desarrollo de sociedades más justas, equitativas, solidarias y pacíficas.

Los avances científicos nos permiten hallar soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales con los que construir un futuro sostenible. La ciencia tiene, además, un papel en la construcción de la paz al fomentar la cooperación internacional.

Los responsables de la conservación del patrimonio cultural, deben constituir equipos de trabajo, que permitan la identificación de los bienes, la descripción del estado de conservación y el análisis y valoración de los riesgos de deterioro. La complementación de los equipos entre profesionales (arqueólogos, arquitectos, químicos, físicos, biólogos, geólogos, museógrafos, gestores culturales, etc....) se basa en la cooperación entre administración autonómicas y central con el apoyo de centros especializados , universidades y centros de investigación a nivel internacional.